La fragmentación en Android: demasiado dulce para tanto pastel
He de confesar que esta mañana me ha afectado el cambio de hora. No soy de tomar café, pero hoy he tenido que abalanzarme sobre la Dolce Gusto para cargar las pilas. Mientras esperaba a que saliera el cafelito, he visto un artículo interesante hablando sobre la fragmentación de Android. Este tema no es que me parezca interesante, es que creo que es fundamental en el universo Android, porque siempre he pensado que es uno de lo males de los que adolece el sistema operativo de Google.
Actualmente, en el mercado podemos encontrar terminales que todavía funcionan con la versión Donut, la 1.6 y con Eclair, la 2.1. La mayoría de los teléfonos que usan Android vienen con la versión 2.2, más conocida como Froyo y sólo 2 telefónos (que recuerde así a bote pronto) utiliza la última versión disponible para móviles, la 2.3 o Gingerbread. Además, para liar más la madeja, tenemos la versión 3.0 o Honeycomb optimizada sólo para dispositivos tablets. Con tantas versiones y nombres de dulces, lo más normal es que la mayoría de los usuarios manifiesten una hiperglucemia tecnológica acabando con una diabetes de Android, la cual algunos tecnólogos expertos en el tema recomiendan curar tomando una insulina llamada Iphone. Esto que cuento no me lo estoy inventado, es una realidad, y conozco muchos casos que empezaron con Android pero encontraron muchas dificultades en mantener sus terminales actualizados y se pasaron al dispositivo de Apple.